“Un personaje importante no termina como este pobre desangelado, dirigiendo un programa con una cachiporra plástica ¡por Dios! Chismes, que si el patriota cooperante, que si la mujer de fulano y el hijo de mengano, ese chismorreteo absolutamente procaz e inferior no dice nada de un dirigente político”. Así se refiere el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, cuando le preguntan como queda su antecesor en el Capitolio, Diosdado Cabello, ante el ascenso del superministro Vladimir Padrino López.
En entrevista a Sumarium, el jefe del Parlamento sostiene que al hombre del mazo le quedó grande el cargo de segundo a bordo del proceso revolucionario. “Siempre fue un personaje de menor importancia (…) a él, en determinadas circunstancias le tocaron roles que ejerció más mal que bien”, reitera al respecto.
Para el dirigente adeco, la primera gran tragedia de Cabello, es que quien lo proscribe, quien lo tira en el pipote, que fue nada más y nada menos que Hugo Chávez, justo en el momento de aquella patética rueda de prensa donde elige a Maduro, un civil y este (Diosdado) militar. “Diosdado lo acompañó en la zona de febrero, Maduro no”, dice el parlamentario.
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