¡Se bestializan los venezolanos! una reflexión de Luis José Uzcátegui

Gentiuno

hombre bestia
Son muchos los males ocultos que acongojan a los venezolanos y su gravedad no se dimensiona debido al aturdimiento que llevan encima la mujer, el hombre, el niño, el joven, el trabajador, el profesional y el buen ciudadano para sobrevivir al hampa, a la falta de medicamentos, a la escasez de alimentos, a la burla con los poderes públicos dominados por el oficialismo, a la inflación, a la corrupción, etc.

Es algo monstruoso y el foco resolutivo está en una estrategia particular que se sumaría a políticas que permitan volver a llenar los supermercados con comida, mejorar los sistemas de salud, aplicar leyes contra la delincuencia, darle un parado a la corrupción y mejorar los modelos educativos.

Cómo nos volvemos animales

Sin duda que una vez que nacemos traemos un gigantesco potencial social pues pertenecemos a la especie sapiens, pero esto no quiere decir que somos seres que agregamos valor social. Nos convertimos en humanos útiles a través de la socialización adecuada, si los estímulos que recibimos durante la niñez nos enseñan a comunicarnos con gritos, agresión, insultos, a matar al otro y para obtener un pedazo de pan o atrapar una lata de sardina o un poco de azúcar en un estante semi vacío es necesario pelearse e insultarse, con plena seguridad que las funciones instintivas que también vienen en los genes se activan al máximo. Y qué decir del efecto letal el cual condiciona a regresar a conductas simiescas que tienen la falta de leyes, injusticia, inequidad y el irrespeto legal.

El humano retrocede a funciones mentales propias de salvajes cuando día y noche es azotado a través de los medios de comunicación por mentiras oficiales y estímulos a comportarse como bárbaros.

O algo peor, se convierte en manada, sigue por miedo al más irracional o fuerte, en este caso al poderoso que por estar en el gobierno tiene armas, poder, dinero, usa las leyes a su antojo, insulta, chantajea, ofrece, regala bienes y servicios (de pésima calidad) pero convierte a la sociedad en rebaño de seres desgraciados e ignorantes.

En resumen, casas, carros, ayudas y dinero truecan al individuo a “mendigo” y los objetos y promesas se convierten en zanahorias macabras que generan en el poblador una atroz parálisis mental y lo hace comportarse como si viviera en manada.

Se dañan cerebros

Imagínense lo que puede suceder en una nación si a sus ciudadanos poco a poco les van arruinando sus neuronas; llegará un momento en que el individuo no podrá comportarse de otra forma diferente a un ser básico y primitivo. El ataque comunicacional que viene recibiendo el venezolano por más de 15 años y la realidad trágica del país han logrado forjar seres altamente estresados, ansiosos, deprimidos, “arrechos”, desesperados, confusos, aturdidos, asustados y millones tienen que utilizar conductas típicas de animales. Se matan, luchan, deambulan en busca de soluciones y son marcados para poder comprar alimento, se desesperan, se pelean, viven pero no saben por qué ni cómo, es decir, el lóbulo prefrontal de sus cerebros donde radica razón, lógica, sensatez, planificación y pensamiento racional se les inactiva o deteriora cada día más.

O acaso no es un sueño compartido por millones de venezolanos, que en un futuro cercano, los niños venezolanos puedan crecer en “ambientes enriquecidos” (handing), los cuales científicamente está demostrado que tienen una relación directa con el desarrollo neuronal de las áreas vinculadas con la memoria, aprendizaje, moral e inteligencias.

Máscaras

El estudio y conocimiento del lóbulo prefrontal es muy reciente a pesar de ser la dimensión cerebral que nos hace humanos y donde se genera la Mente (o por lo menos una parte muy importante de ésta), y si se deteriora o vuelve disfuncional, al final el humano queda a merced de las áreas cerebrales que nos emparentan con los chimpancés. Esto no quiere decir que el individuo físicamente se convierta en antropoide o adquiera aspecto de animal que hace recordar a los mamíferos de los cuales somos miembros en la clasificación zoológica.

A pesar de presentar comportamientos y “emociones” muy similares a los animales, las caras de señores de muchos, los gestos de sobrados de otros, la actitudes de seres con linaje de algunos, las poses de serios y morales de personajes que han robado millones y la actitud de pensadores de más de uno que vive de mentiras y mediocridad les sirve para engañarse y no ver el nivel bestial a cual han retrocedido.

Para colmo ven al hombre y la mujer sencilla como “perraje” y resulta que estos son seres que han sido conducidos por falta de educación, oportunidades, aplicación de las leyes, inducción mediática y atropello oficial a usar estilos bestiales (casi siempre menores que el de los inductores). Estos estilos van desde mendigar un pedazo de pan, hacer cola como animales para poder comer, consumir droga como si fuera el pan diario y convertirse en delincuente o empezar a matar desde niño ya que es lo que aprende en su barrio.

Y qué decir de los gobernantes, políticos y otros quienes están tremendamente asustados pues sus comportamientos se les han convertido en sus propios “karmas”, sin embargo, siguen funcionando similar a jaurías (partido, grupo, organización política, militares, grupos de opositores, etc.), no escatiman en forzar de diferentes maneras a los venezolanos a comportarse como animales a cambio de mantenerse en el poder o zonas cercanas, hacer mucho dinero y seguir en la fiesta inhumana de creer que tienen la razón en todo.

Responsables

La responsabilidad de la bestialización recae en políticos, gobernantes, banqueros, empresarios, dueños de medios de comunicación, instituciones educativas, iglesias, familia y todos los que poseen cierto grado de poder o influencia social. Y en el individuo que al final es el gerente de sus emociones, conductas e ideas…

Técnicas para desbestializar

Para desbestializar se necesitan estrategias muy bien diseñadas que junto a un cambio de gobierno y políticas de salud, educación, economía etc., implementen programas para limpiar y borrar aprendizajes inútiles y se activen las áreas del cerebro donde se generan las conductas sociales evolutivas más modernas de la humanidad.

Paso 1. Identificar el problema

Es fundamental la implementación de planes nacionales públicos y privados con alta difusión mediática y mantenidos en el tiempo que les faciliten a todos los venezolanos la identificación de cuáles son las características, tipos y grados de un ser bestializado:

– Agresivo, irritable, se molesta por cosas sencillas, iracundo
– Pesimista, negativo, criticón, descalificador
– Pasivo, timorato, entregado, evasivo.
– Prepotente, irascible, ególatra.
– Cínico, hipócrita, maniobrero, chantajista, sádico.
– Impreciso, incierto.
– Inepto, ineficiente, improvisado.
– Irresponsable, mentiroso, abusador, oportunista.
– Asaltante, homicida, corrupto, narco.

Los tipos y grados dependen de la cantidad e intensidad de características; sin duda que los más bestializados son los que hacen el mayor daño social.

Paso 2. Eliminar agentes y productos bestializadores

Independientemente de quien los genere: gobierno, empresas privadas, grupos políticos, líderes o medios de comunicación es fundamental eliminar:

– Mensajes (verbales y conductuales) propios de seres bestializados.
– Mensajes degradantes de la condición humana.
– Mensajes insulsos, estúpidos, abúlicos.
– Mentiras repetidas.
– Ineficiencia, chantaje y terror en todo lo que se hace.

Paso 3. Generar ciudadanos altamente humanos

Implementar un programa generador de ciudadanos altamente humanos, es decir, que no utilicen de manera cotidiana conductas y “emociones” bestializadas, y ello, bajo el formato de política pública, obligatorio, con cobertura nacional de aplicación oficial y privada (empresas, universidades, etc.).

¡Y entonces un real y duradero porvenir de modernidad, libertad, equidad y paz se instalará en Venezuela!

Luis José UzcáteguiPsiquiatra y antropólogo

Luis José Uzcátegui
Psiquiatra y antropólogo

VENEZUELA: 18 toneladas de pollos y carne se dañaron en espera por ferry

Son muchos los males ocultos que acongojan a los venezolanos y su gravedad no se dimensiona debido al aturdimiento que llevan encima la mujer, el hombre, el niño, el joven, el trabajador, el profesional y el buen ciudadano para sobrevivir al hampa, a la falta de medicamentos, a la escasez de alimentos, a la burla con los poderes públicos dominados por el oficialismo, a la inflación, a la corrupción, etc.

Es algo monstruoso y el foco resolutivo está en una estrategia particular que se sumaría a políticas que permitan volver a llenar los supermercados con comida, mejorar los sistemas de salud, aplicar leyes contra la delincuencia, darle un parado a la corrupción y mejorar los modelos educativos.

Cómo nos volvemos animales

Sin duda que una vez que nacemos traemos un gigantesco potencial social pues pertenecemos a la especie sapiens, pero esto no quiere decir que somos seres que agregamos valor social. Nos convertimos en humanos útiles a través de la socialización adecuada, si los estímulos que recibimos durante la niñez nos enseñan a comunicarnos con gritos, agresión, insultos, a matar al otro y para obtener un pedazo de pan o atrapar una lata de sardina o un poco de azúcar en un estante semi vacío es necesario pelearse e insultarse, con plena seguridad que las funciones instintivas que también vienen en los genes se activan al máximo. Y qué decir del efecto letal el cual condiciona a regresar a conductas simiescas que tienen la falta de leyes, injusticia, inequidad y el irrespeto legal.

El humano retrocede a funciones mentales propias de salvajes cuando día y noche es azotado a través de los medios de comunicación por mentiras oficiales y estímulos a comportarse como bárbaros.

O algo peor, se convierte en manada, sigue por miedo al más irracional o fuerte, en este caso al poderoso que por estar en el gobierno tiene armas, poder, dinero, usa las leyes a su antojo, insulta, chantajea, ofrece, regala bienes y servicios (de pésima calidad) pero convierte a la sociedad en rebaño de seres desgraciados e ignorantes.

En resumen, casas, carros, ayudas y dinero truecan al individuo a “mendigo” y los objetos y promesas se convierten en zanahorias macabras que generan en el poblador una atroz parálisis mental y lo hace comportarse como si viviera en manada.

Se dañan cerebros

Imagínense lo que puede suceder en una nación si a sus ciudadanos poco a poco les van arruinando sus neuronas; llegará un momento en que el individuo no podrá comportarse de otra forma diferente a un ser básico y primitivo. El ataque comunicacional que viene recibiendo el venezolano por más de 15 años y la realidad trágica del país han logrado forjar seres altamente estresados, ansiosos, deprimidos, “arrechos”, desesperados, confusos, aturdidos, asustados y millones tienen que utilizar conductas típicas de animales. Se matan, luchan, deambulan en busca de soluciones y son marcados para poder comprar alimento, se desesperan, se pelean, viven pero no saben por qué ni cómo, es decir, el lóbulo prefrontal de sus cerebros donde radica razón, lógica, sensatez, planificación y pensamiento racional se les inactiva o deteriora cada día más.

O acaso no es un sueño compartido por millones de venezolanos, que en un futuro cercano, los niños venezolanos puedan crecer en “ambientes enriquecidos” (handing), los cuales científicamente está demostrado que tienen una relación directa con el desarrollo neuronal de las áreas vinculadas con la memoria, aprendizaje, moral e inteligencias.

Máscaras

El estudio y conocimiento del lóbulo prefrontal es muy reciente a pesar de ser la dimensión cerebral que nos hace humanos y donde se genera la Mente (o por lo menos una parte muy importante de ésta), y si se deteriora o vuelve disfuncional, al final el humano queda a merced de las áreas cerebrales que nos emparentan con los chimpancés. Esto no quiere decir que el individuo físicamente se convierta en antropoide o adquiera aspecto de animal que hace recordar a los mamíferos de los cuales somos miembros en la clasificación zoológica.

A pesar de presentar comportamientos y “emociones” muy similares a los animales, las caras de señores de muchos, los gestos de sobrados de otros, la actitudes de seres con linaje de algunos, las poses de serios y morales de personajes que han robado millones y la actitud de pensadores de más de uno que vive de mentiras y mediocridad les sirve para engañarse y no ver el nivel bestial a cual han retrocedido.

Para colmo ven al hombre y la mujer sencilla como “perraje” y resulta que estos son seres que han sido conducidos por falta de educación, oportunidades, aplicación de las leyes, inducción mediática y atropello oficial a usar estilos bestiales (casi siempre menores que el de los inductores). Estos estilos van desde mendigar un pedazo de pan, hacer cola como animales para poder comer, consumir droga como si fuera el pan diario y convertirse en delincuente o empezar a matar desde niño ya que es lo que aprende en su barrio.

Y qué decir de los gobernantes, políticos y otros quienes están tremendamente asustados pues sus comportamientos se les han convertido en sus propios “karmas”, sin embargo, siguen funcionando similar a jaurías (partido, grupo, organización política, militares, grupos de opositores, etc.), no escatiman en forzar de diferentes maneras a los venezolanos a comportarse como animales a cambio de mantenerse en el poder o zonas cercanas, hacer mucho dinero y seguir en la fiesta inhumana de creer que tienen la razón en todo.

Responsables

La responsabilidad de la bestialización recae en políticos, gobernantes, banqueros, empresarios, dueños de medios de comunicación, instituciones educativas, iglesias, familia y todos los que poseen cierto grado de poder o influencia social. Y en el individuo que al final es el gerente de sus emociones, conductas e ideas…

Técnicas para desbestializar

Para desbestializar se necesitan estrategias muy bien diseñadas que junto a un cambio de gobierno y políticas de salud, educación, economía etc., implementen programas para limpiar y borrar aprendizajes inútiles y se activen las áreas del cerebro donde se generan las conductas sociales evolutivas más modernas de la humanidad.

Paso 1. Identificar el problema

Es fundamental la implementación de planes nacionales públicos y privados con alta difusión mediática y mantenidos en el tiempo que les faciliten a todos los venezolanos la identificación de cuáles son las características, tipos y grados de un ser bestializado:

– Agresivo, irritable, se molesta por cosas sencillas, iracundo
– Pesimista, negativo, criticón, descalificador
– Pasivo, timorato, entregado, evasivo.
– Prepotente, irascible, ególatra.
– Cínico, hipócrita, maniobrero, chantajista, sádico.
– Impreciso, incierto.
– Inepto, ineficiente, improvisado.
– Irresponsable, mentiroso, abusador, oportunista.
– Asaltante, homicida, corrupto, narco.

Los tipos y grados dependen de la cantidad e intensidad de características; sin duda que los más bestializados son los que hacen el mayor daño social.

Paso 2. Eliminar agentes y productos bestializadores

Independientemente de quien los genere: gobierno, empresas privadas, grupos políticos, líderes o medios de comunicación es fundamental eliminar:

– Mensajes (verbales y conductuales) propios de seres bestializados.
– Mensajes degradantes de la condición humana.
– Mensajes insulsos, estúpidos, abúlicos.
– Mentiras repetidas.
– Ineficiencia, chantaje y terror en todo lo que se hace.

Paso 3. Generar ciudadanos altamente humanos

Implementar un programa generador de ciudadanos altamente humanos, es decir, que no utilicen de manera cotidiana conductas y “emociones” bestializadas, y ello, bajo el formato de política pública, obligatorio, con cobertura nacional de aplicación oficial y privada (empresas, universidades, etc.).

¡Y entonces un real y duradero porvenir de modernidad, libertad, equidad y paz se instalará en Venezuela!

Luis José Uzcátegui
Psiquiatra y antropólogo