Por Riete del gobierno

Los asesinos estaban en el interior de la casa esperando a sus víctimas. (Las autoridades creen que en este hecho actuaron entre 4, 6 ú 8 individuos) Ni la puerta ni las ventanas de la humilde vivienda presentaban signos de violencia. De ser así es evidente que alguien de su más cercano entorno “lo vendió” al enemigo. Serra y su acompañante, que no era su pareja sino una de sus asistentes, despidieron a los dos escoltas, le pidieron que se fueran y entraron solos a la casa. Este dato, el referido a que Serra no entraba a su casa con sus escoltas, tienen que haberlo manejado con exactitud los asesinos. Nadie va a estar esperando a su víctima a sabiendas que primero tiene que enfrentarse a tiros con un grupo de tipos entrenados para disparar.
Hay algo que nos llama la atención en esta parte: ¿cómo llegaron los asesinos al lugar, en carro, en moto o a pie? La entrada de la vivienda debe haber estado despejada de algún carro o moto, de hecho, la víctima entró sin percatarse de algo extraño. Es raro porque en los barrios, por lo general, las personas se alarman cuando se percatan de la presencia de personas que no son del lugar. Debemos preguntarnos también cómo se retiraron los asesinos de la escena del crimen, algún vehículo los debe haber estado esperando. La casa tiene una escalera que conduce a un piso 2 donde están los cuartos. A la dama la dejaron en la parte de abajo y a Serra lo subieron a unos de los cuartos. Allí lo amordazaron y lo amarraron de pies y manos, lo golpearon hasta desfigurarle el rostro, le propinaron 36 heridas punzo-penetrantes y no conforme con eso le hicieron una herida en forma de cruz en el abdomen. María Herrera recibió el mismo trato solo que en menor cantidad, le dieron 10 puñaladas. read more





