Por Marta Colomina
Con el chavismo, Venezuela ha alcanzado cuotas de criminalidad que nos colocan como el segundo país más violento del mundo (y el primero en inflación). El mito de que con un gobierno militarizado gozaríamos de seguridad se derrumbó: 2013 concluyó con casi 25.000 asesinatos, según el Observatorio Venezolano de la Violencia de la UCV, mucho más confiable que las manipuladas cifras oficiales. El ministro Rodríguez Torres (RT) se esfuerza en “restar” asesinatos diciendo que 80% ” son ajustes de cuentas”, como si bandas de delincuentes cayéndose a balazos en las calles no fuera indicador de un país dominado por el caos. Rodríguez Torres trata de que creamos en “actos terroristas” de los estudiantes pacíficos, o comandados desde la cárcel por Leopoldo López y María Corina Machado, opositores que acrecientan el nerviosismo de Maduro y Rodríguez Torres cada vez que ven el ranking de liderazgo en el que López, Machado y Capriles, en ese orden, ocupan los primeros lugares, mientras Nicolás está en caída libre (encuesta Keller).
Médicos venezolanos suponen otras muchas muertes silenciadas por el régimen, que deberían ser consideradas víctimas de esa otra violencia, también criminal, de la escasez de fármacos para el cáncer, hipertensión, VIH y otras enfermedades, que matan al paciente, de no ser atendidas. ¿Cuántos enfermos de cáncer han muerto porque mamógrafos y equipos de radioterapia están dañados en los hospitales porque se ha vencido el contrato de mantenimiento, nunca pagado? Y esto ocurre mientras una “infanta” habría negociado con Argentina toneladas de arroz con sobreprecio escandaloso; los gastos superfluos de Miraflores crecieron más de 150% y el presupuesto militar y de armas de guerra supera el de salud y educación. read more