Por Carlos Blanco
Amigos chavistas, la carta de Jorge Giordani es una débil defensa, un poderoso ataque y un síntoma de la peste que corroe un cuerpo comatoso. En sí mismo es un evento catastrófico porque pueden ser los gramos necesarios para que el autobús que se balancea en el precipicio se despeñe. Giordani derrumbó el deslumbrante palacio de utilería que él junto a otros se había empeñado en mostrar y ahora, desde el desencanto y la derrota, muestra que detrás de la fachada hay un amasijo de hierros oxidados, edificios abandonados y descascarados, flacuchentos perros callejeros, y seres trashumantes de miradas perdidas y hambres acumuladas.
LAS MENTIRAS DE GIORDANI. Habla el remitente de tres grandes objetivos y logros:
“1. Sacar del estado de abandono a importantes grupos desprovistos de las herramientas para superar graves privaciones materiales, culturales, de participación que les aquejaban.” Falso. No se logró. Las recientes cifras de aumento de la pobreza muestran que lo que ocurrió ya ha ocurrido todas las veces que el precio del petróleo aumenta: se eleva el gasto social y se incrementa los programas para atender a la población más necesitada; pero la elevación del nivel de ingreso temporal para muchos fue de la mano con la destrucción del sistema educativo y de salud, factores de empobrecimiento masivo. Ahora no solo la educación y la salud están peor sino que los ingresos han sido devorados por la inflación más alta del planeta; mientras, la escasez roe estómagos y esperanzas. read more