LA ECONOMÍA ENTRE EL DOGMA Y LA PRAXIS

A mi amigo Gustavo Tarre Briceño, perseguido por el régimen

Por Carlos Canache Mata

inflacion
En 1991 se derrumbó la Unión Soviética y del tutelaje de ésta se habían liberado sucesivamente, bajo el tiempo de Gorbachov, los gobiernos comunistas de Europa Oriental. Todos, para sorpresa del mundo, ante la realidad de la inviabilidad político-económica del comunismo, volvieron por sus propios pasos al capitalismo, dando pie a que se dijera que el comunismo es el viaje más largo entre el capitalismo y el capitalismo.

En China, después de menos de un año de la muerte de Mao Tse-Tung, Deng Xiaoping, en julio de 1977, es rehabilitado por tercera vez y restituído a todos los cargos que había perdido quince meses antes. Quien había sido descrito por Mao como “una aguja de acero envuelta en algodón”, lanzó en la Asamblea del V Congreso Nacional del Pueblo (febrero de 1978) su política de reformas con las famosas “cuatro modernizaciones” en la agricultura, la industria, la defensa nacional y la ciencia y la tecnología. Dos meses después, cuando en el seno del Partido Comunista Chino se calificaron sus propuestas como “nocivas y contrarias a las ideas de Mao”, Deng replicó diciendo que “hay camaradas que se pasan el día hablando de Mao… pero omiten el unir la teoría con la práctica, partiendo de la realidad”. Más tarde diría que, sin tomar en cuenta su color, “lo que importa es que el gato cace ratón”.

Ese problema de las relaciones y retroalimentaciones entre la teoría y la praxis lo comentó en reciente artículo Gustavo Tarre Briceño y citó a Max Weber, quien en 1919 distinguió entre obrar según la ética de “la convicción” o según la ética de “la responsabilidad”, señalando que la segunda “ordena tomar en cuenta las consecuencias previsibles de la propia acción”.

Las reflexiones anteriores vienen a cuento a propósito de lo que está pasando con el modelo económico que el chavismo ha pretendido implantar en Venezuela. Que las políticas de ese modelo han fracasado lo revelan sus resultados y la grave crisis que atraviesa la economía nacional, no obstante la bonanza petrolera que nos ha estado favoreciendo. Se han ignorado o desdeñado los avances de la ciencia económica y que, tal como lo sostiene la socialdemocracia, lo que lleva al éxito es la economía mixta como escenario para armonizar la propiedad privada y la pública, la acción del mercado que mediante los precios expresa los deseos de los consumidores y la regulación estatal en función de los intereses sociales, la iniciativa personal y la planificación democrática-indicativa no autoritaria. Lo que se resume en la conocida frase de “tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario”.

Hace cerca de dos meses el gobierno anunció rectificaciones y cambios en las áreas cambiaria, monetaria y fiscal, y la última posposición fue fijada para el 15 de agosto. ¿No se han materializado porque en el seno del régimen hay quienes los califican de “traición” al legado de Chávez o por miedo a las protestas populares que puedan presentarse? Nadie lo sabe, pero el dilema entre dogma y praxis parece asomarse.