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El canciller Rafael Ramírez califica de “infelices” y canallescas las declaraciones del secretario general de OEA José Miguel Insulza sobre el diálogo entre la oposición y el Gobierno, donde afirmó que la oposición venezolana no puede participar en un diálogo con el Gobierno mientras dirigentes políticos estén en prisión.
El canciller Rafael Ramírez, tachó este sábado de “infelices” y canallescas las declaraciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza sobre el diálogo entre la oposición y el Gobierno de ese país.
“Son unas declaraciones infelices (…) es lo menos que podemos decir de este tema del señor Insulza, un secretario general que está de salida en la OEA, que apenas le quedan cuatro meses y ahora en este momento se pone a hacer unas declaraciones muy graves”, declaró Ramírez al canal internacional Telesur, con sede en Caracas.
En una entrevista publicada hoy por el diario español El País, Insulza afirmó que la oposición venezolana no puede participar en un diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro mientras dirigentes opositores estén en prisión, y que las reuniones que tuvieron lugar en Venezuela hasta mayo fueron solo “una cantidad de monólogos”.
“La oposición no se puede sentar a la mesa (de diálogo) cuando están presos una cantidad de dirigentes que, aunque quizás no querían ir al diálogo, son parte de la oposición”, dijo el secretario de la OEA.
Al respecto, el canciller de Venezuela indicó que estas “son una declaraciones canallescas”, que “no tienen verdaderamente ningún parangón, son unas declaraciones fuera de tono, fuera de lugar”.
“Necesitamos otro secretario general definitivamente”, añadió.
Para el ministro venezolano, lo dicho por Insulza es un juicio de valor “plagado de mentiras y falsas verdades” que pretende alentar una matriz de opinión en contra del Venezuela y su Gobierno.
“Es una matriz para impulsar internamente actos de violencia que ningún Gobierno aceptaría”, dijo.
El Gobierno venezolano instaló el pasado 10 de abril un proceso de conversaciones para tratar de superar la crisis política que se desató en el país luego de una ola de protestas antigubernamentales de febrero hasta mayo y que dejó un saldo oficial de más de 40 muertos y cientos de heridos.
Además resultaron detenidos cientos de manifestantes y dirigentes opositores, entre ellos el líder del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, preso desde el 18 de febrero y en proceso de juicio por varios delitos, entre ellos el de instigación pública y asociación para delinquir.