Por Gustavo Azócar Alcalá
Periodista y docente universitario
Columna “El Calabozo de la libertad”
Nadie me lo contó. Yo mismo los vi. Estaban muertos de la risa, vistiendo chaquetas, gorras y franelas alusivas al presidente Hugo Chávez y con claras evidencias, tanto en sus rostros como en sus palabras, de haber estado celebrando por todo lo alto desde hacia varios días el triunfo del comandante golpista en las pasadas elecciones del 7 de octubre.
En el vuelo 5000 de Conviasa con destino a la ciudad de Buenos Aires del pasado viernes 12 de octubre viajaban cerca de 80 ciudadanos de nacionalidad argentina. En su mayoría eran jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y los 30 años de edad. También viajaban personas mayores, con edades entre los 50 y 70.
Me sorprendió ver que una cantidad significativa de los ciudadanos argentinos que iban en el vuelo, llevaran prendas de vestir alusivas a Hugo Chávez. Pero lo más sorprendente sería no solamente descubrir que aquella gran cantidad de gente procedente de la Argentina, no solo eran afectas al proceso revolucionario que lidera Chávez, sino que habían viajado desde hacía una semana desde Buenos Aires hasta Caracas para participar en las elecciones del 7 de octubre, no precisamente como observadores sino como electores.
En efecto, luego de esperar ocho horas por el avión (se suponía que el vuelo debía despegar a las 6 de la tarde pero terminó despegando a las 2 de la madrugada) los ánimos de los pasajeros se fueron caldeando al extremo que fue necesaria la presencia de personal de seguridad. Los pasajeros reclamaban airadamente el retraso de ocho horas y exigían una explicación por parte de los empleados de la aerolínea. read more