Por Gustavo Tovar Arroyo
El recurso civilizatorio del diálogo
Nadie en su sano juicio puede negarse al recurso civilizatorio del diálogo, ni siquiera en condiciones adversas. No es un tema de ingenuos ni de sumisos dialogar, es un tema de seres responsables.
El diálogo es el lubricante esencial de las relaciones humanas, mientras dialogamos nos civilizamos: mientras más diálogo más humanidad; mientras menos diálogo más barbarie.
En una democracia el diálogo es la costumbre, es el día a día; no es noticia, es lo cotidiano. Los políticos discuten, debaten, intercambian ideas, cotejan visiones y al final construyen acuerdos a través del diálogo.
La democracia hilvana el tejido social de la nación dialogando. El diálogo no sólo nos civiliza; nos humaniza. Hay que dialogar.
El choque de los rinocerontes
En dictadura, en cambio, el diálogo es lo excepcional, lo extravagante, lo excéntrico. Si se da, es un espectáculo, un hecho noticioso. read more