Por OlgaK
En las primeras 120 horas después de las elecciones del 14 de abril y con el país convertido en un peligroso hervidero, me aletea una sensación creciente.
Más allá del triunfo, los resultados electorales, tanto los cuestionados como los oficiales, confirman de manera categórica que Nicolás no es un líder nato. El chavismo perdió 627.385 votos en cosa de días.
Ni siquiera el “institucional” apuro de Tibisay para la proclamación puede ocultarlo.
La infortunada frase “tengo que consultarlo” quedó guindada en la psique del país como confesión pública de una carencia grave de autodeterminación. A lo anterior cabe añadir, pues así lo han dicho los suyos, que Nicolás “es un hombre que escucha” cosa que vistas las demostraciones, no es interpretable como virtud, sino muy por el contrario, como confirmación de la falta de un liderazgo propio y original.
La delicada conclusión es que Nicolás es un “dirigible” no un “director”.
Esa premisa me hace pensar que los errores que ha cometido en tan poquísimo tiempo, y que generan estas líneas, son precisamente producto deliberado y nada inocente de las directrices que le están dando a quien liderar no sabe… pero obedecer sí. read more