Te sorprenderá que te escriba estas líneas. Estoy seguro que no vas a leerlas, no por falta de tiempo, al reposero siempre le sobra tiempo, sino porque no eres asiduo a la lectura, como si lo era Chávez. Por lo menos tu difunto líder leía las contraportadas de los libros, tú ni siquiera tienes movilidad motriz y mental para ese sencillo ejercicio propedéutico del aprendizaje primitivo.
Nos conocimos cuando eras el “lame-pies” de Luis Miquelena, allí pude comprobar tu espíritu arribista. En el extinto MVR te consideraban una persona cizañera y muy intrigante.
Tu gran pericia para la murmuración y el chisme te hizo engordar tu falsa lealtad para con Hugo Chávez. Desde el principio, como buen oportunista, pudiste captar que las ínfulas del poder en Venezuela se manejaban desde la poltrona de La Habana. No te importo ser un sátrapa y venderte al mejor postor del “socialismo del sigl o XXI”, Fidel Castro, y su <kremlin caribeño>. read more