Por Gustavo Coronel
Cuatro mujeres desvergonzadas; Tibisay Lucena, Sandra Oblitas, Socorro Hernández y Tania D’Amelio están en la raíz del desastre moral que es el proceso electoral venezolano. Estas cuatro mujeres carecen por completo de autonomía de acción, obedecen ciegamente las órdenes del régimen de Maduro, es decir, las órdenes del sátrapa cubano Raúl Castro. La interacción de estas cuatro mujeres desvergonzadas con Maduro es una payasada indigna. Maduro pide el recuento el dia de las elecciones, luego dice que se atiene a lo que diga el CNE que estas mujeres “representan” y que debe acatar los resultados. Pero al ir a UNASUR, le convencen de ir a un recuento y, entonces, se voltea y ordena a las mujercitas que lo lleven a cabo, es decir, las desautoriza y las trata como bedeles. Pero las mujercitas se le alzan y dicen que la auditoría se llevará a cabo pero que los resultados son irreversibles.
¿A quien se le ocurre que se vaya a hacer una auditoria pero que tal auditoria no pueda alterar los resultados? Solamnte a estas desvergonzadas. Porque lo que están diciéndole al país es que, no importa lo que diga la auditoria, esta vaina se queda así porque nos dá la gana, como si ellas fueran una desireé santos cualquiera. read more