Por Alvaro Vargas Llosa
Algo sucedió en Venezuela para que Nicolás Maduro, que la noche del domingo 14 de abril, en su primera intervención tras el resultado dado por el Consejo Nacional Electoral al 99 por ciento del escrutinio, había aceptado un nuevo recuento de todos los votos, diera marcha atrás a la mañana siguiente y se proclamara Presidente electo. Ese algo, a juicio de la oposición pero también de miembros del régimen que han suministrado información a diplomáticos y observadores extranjeros, fue Cuba. Un dato clave a tener en cuenta ahora que se hacen tantas conjeturas, en medio de la grave crisis de la economía venezolana, sobre el futuro del subsidio del país llanero a Cuba.
Hay poderosas razones para sospechar que fue decisiva la participación de La Habana con el propósito de evitar un escenario que podía acabar dando el triunfo a la oposición o debilitando a Maduro de cara al propio aparato de poder. El mismo Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y uno de los adversarios de Maduro dentro del Estado, publicó un llamado a la autocrítica en su cuenta de Twitter que fue ampliamente interpretado como un ataque a Maduro por haber perdido más de 700 mil votos del total obtenido por Chávez en las presidenciales de octubre pasado. read more