Hay deudas….y hay deudores. Y hay deudos….que lloran aún

Por Isa Dobles

Esta sigue siendo Venezuela

Esta sigue siendo Venezuela

Yo me acuerdo, y como si lo estuviera viviendo hoy, otra vez, la experiencia angustiosa de un cadete recién salido de su casa con su uniforme blanco de la Marina, golpeado espantosamente por un grupo de gente y su voz desesperada gritando ”Yo no he hecho nada”. Nosotros que íbamos con otros en el autobús de la escuela, nos detuvimos y algunos se bajaron a detener aquello que dejó un muchacho mal herido y sucio en el uniforme que recién estrenaba, sangre y tierra. Y era verdad. Él no había hecho nada, sólo guardar en lo más íntimo de su corazón las ganas inmensas de por fin enseñar que estaba listo para servir a su país.

Pero el momento era muy difícil. Pérez Jiménez se había escapado con un maletín lleno de dólares, la democracia comenzaba a abrir caminos de libertad y Venezuela apenas despertaba de aquella pesadilla de botas, uniformes , persecuciones y militarismo.

Aquel muchacho no podía imaginarse que lo que le pasaba no se lo cobraban a él. Él no tenía rostro ni nombre. Él era todo lo que había humillado, violentado y usurpado el poder para herir a Venezuela, agraviarla, sin que ella pudiera defenderse, llorando por sus hombres y mujeres caídas aquí y allá.

Y cuando uno recibe imágenes como las mujeres, madre e hijas de Falcón, los estudiantes acosados y golpeados, el Gral. Martinez obligado a arrodillarse ante aquellos que lo ignoraban en su trayectoria y honor, veía la mujer tirada al asfalto en Valencia, o los uniformados tirando “gas del bueno” a los opositores, o el hombre que los guardias nacionales obligaron a tragar gasolina, o los mineros indios que se atrevieron a retar esta barbarie, militarista y bárbara que no se detiene, cuando ha comprobado como ese ensañamiento es incitado por el odio y la venganza, no puede entonces echar al basurero esta foto…porque sigue siendo Venezuela hoy.

No hay un discurso sin infiltrarlo en cada palabra. La desventaja del opositor es la del civil. Armamento del más sofisticado, banderas, uniformes, equipos, todo como si de verdad estuviéramos en guerra. Y no. La guerra está sembrada con el odio y habrán muchos por cobrar deudas que no se olvidan. Hay deudas….y hay deudores. Y hay deudos….que lloran aún. En fronteras, en escuelas, en cárceles, en calles, en hogares, en carros., en universidades. Esa foto sigue siendo Venezuela hoy. Esa rostro del militar que apunta es el rostro que Venezuela tiene en el alma, imborrable y cruel.