El periodista y editor del semanario Las Verdades de Miguel, Miguel Salazar, analiza el panorama electoral de cara a los comicios del 8 de diciembre, y asegura que más que una elección municipal sería un plebiscito sobre la situación general del país.
CANDIDATOS
Vienen unos comicios donde el votante estará muy alejado de la intención municipal y expresará su descontento con el rumbo de la economía y las equivocaciones de la gestión revolucionaria. Esta es la situación tomando en cuenta sólo a los candidatos del PSUV más sonados, convencidos de que la mayoría de ellos presentan un hándicap.
Para la Alcaldía Mayor tenemos a un aspirante con la palabra derrota congénitamente dibujada en la frente y lo más probable es que reedite el descalabro sufrido por su hermano cuando intentó en una ocasión aspirar a la alcaldía de Caracas; ahora, por el benjamín doblarán las campanas y ello no sorprenderá a la tolda roja porque saben que su candidatura van con un arsenal de plomo en el ala; eso sí, harán un esfuerzo por arrancarle una sonrisa que pase siquiera por espontánea para ver si así puede conquistar votos.
En Chacao, la candidata no pasa de ser una participante simbólica. En Maracaibo a mi tocayo le aguarda un destino nada halagador. Para Baruta escogieron a quien va directo a la “guillotina”. Al candidato por Sucre lo ven pegado a la baranda y terminando detrás de la ambulancia. Un chance remoto (aunque chance al fin y al cabo) tiene el designado para Puerto La Cruz. Mientras en Mariño (Nueva Esparta) no está descartado que se repita el infortunio del autor de La divina comedia porque en ese municipio dejaron por fuera a su candidata natural. Dígame, para Cumaná un extravagante que siendo ministro roncaba plácidamente en las reuniones de gabinete. Amén de lo dicho, tal pareciera que en todo el país los pronósticos no favorecen al proceso revolucionario.