Leopoldo López: llegó la hora de tomar la calle

Por Antonio Maria Delgado

la calle

Energizada por el colapso en la popularidad del chavismo, la oposición venezolana se prepara para llevar a la calle su lucha contra un régimen que considera “antidemocrático” y “delincuencial”, estudiando esquemas para canalizar el creciente descontento de la población en masivas jornadas de protestas, dijo el viernes el dirigente opositor Leopoldo López.

En una visita a las instalaciones de El Nuevo Herald, el dirigente declaró que ha llegado el momento de demostrarle al mundo que la gran mayoría de venezolanos están opuestos a las pretensiones del régimen de Nicolás Maduro de instalar un régimen dictatorial de corte castrista en Venezuela, pero enfatizó que las manifestaciones deben ser pacíficas.

“Yo planteo una salida popular, una salida del pueblo, de la gente, una salida donde [el régimen], por más que quiera negarlo, se tenga que doblegar ante la fuerza de un pueblo que quiere cambio”, expresó López, uno de los seis dirigentes que compitieron en 2012 por la nominación presidencial de la oposición.

“De aquí en adelante, nosotros tenemos que asumir la calle, la protesta no violenta como vehículos —primero que nada— legítimos, y segundo, absolutamente necesarios para lograr el cambio que estamos planteando”, dijo.

López recordó que existen muchos ejemplos en el mundo sobre como las manifestaciones no violentas han propiciado cambios de regimenes y señaló que no será diferente en Venezuela.

“La calle es el escenario donde se va a dar el desenlace de la crisis política que estamos viviendo en Venezuela. La calle en sus distintas dimensiones, la calle a través del voto, la calle a través de la protesta, la calle a través del descontento. El cambio no se va a dar jamás, dentro de las casas”, declaró.

Descontento general

El dirigente comentó que las manifestaciones ya se están produciendo en Venezuela producto del gran descontento de la población, con un promedio que va entre las 60 y 80 protestas diarias.

Estas manifestaciones se producen en distintas ciudades del país por problemas tan diversos como interrupciones en el servicio eléctrico o de agua potable, la elevada inseguridad personal, el desabastecimiento de productos o el déficit de viviendas.

“El gran desafío que nos hemos planteado es tejer todas esas protestas con un hilo conductor común, para que él que protesta por el agua sepa que su lucha es la misma que la del que lucha por una mejor atención médica, y que esa a su vez es la misma que la del que protesta por el desabastecimiento y la del que se queja por las violaciones a la libertad de expresión”, explicó.

“[Esa tarea] le corresponde al liderazgo nacional y eso es lo que estamos haciendo”, develó.

El otrora alcalde de la municipalidad capitalina de Chacao dijo no tener duda de que quienes anhelan un cambio en Venezuela conforman ya una mayoría, y dijo que este segmento poblacional seguirá en aumento ante la incapacidad del régimen de Maduro de brindar respuesta a los profundos problemas sociales y económicos del país.

Pero también está el convencimiento de que Maduro pretende aplicar un régimen policial y de control estatal de características parecidas a la que los hermanos Castro mantienen en Cuba, modelo a la que los venezolanos están opuestos.

“Cuando se decía que Venezuela iba hacia una cubanización yo era de los que pensaba que eso era una exageración. Hoy en día yo creo me equivocaba cuando yo pensaba que eso no podía ocurrir en nuestro país”, comentó.

“Por supuesto, Venezuela y Cuba son países distintos, pero hoy por hoy son mucho más parecidos en lo negativo. Hoy hay tarjetas de racionamiento, hoy el Estado decide que come o no come el venezolano, hoy el venezolano tiene que hacer larguísimas colas para conseguir el alimento, para recibir atención médica, hoy hay una restricción en el nivel de libertades de los venezolanos […] y hay la declarada intención de Nicolás Maduro de tener como su país modelo Cuba”, dijo.

Combatir la cubanizacion

López dijo que la oposición venezolana está conciente que su deber patriótico es salir a combatir la cubanización de Venezuela y que está cada vez más convencida que para ello debe asumir una estrategia más centrada en tener una mayor presencia en la calle que tratar de divulgar su mensaje a través de los medios de comunicación.

“Eso lo tenemos que asumir quienes estamos en la dirigencia. Y […] eso solo puede tener efecto si tenemos un esquema organizativo que tenga la capacidad de ampliar y diversificar el mensaje. Estamos hablando de incorporar a decenas de miles de personas en una estrategia que nos permita tener presencia de voz, de visión, de propuesta, de reclamo, de acompañamiento, de indignación, de acción, en cada uno de los barrios, los pueblos y los caseríos”, comentó López.

Al referirse sobre las venideras elecciones municipales del 8 de diciembre, López enfatizó la necesidad de salir a votar, señalando que la contienda servirá no solo para escoger quienes serán los próximos alcaldes del país, sino que terminará por disipar toda duda de cual de los dos bandos ostenta de una mayoría.

No obstante, la participación electoral no es el único camino de lucha que debe ser emprendido por la sociedad democrática venezolana.

“Yo creo en las elecciones, pero también creo en la protesta en la calle, y la protesta en la calle no violenta. De hecho, en los días de abril [después de las elecciones de presidenciales de abril que la oposición insiste que fueron robadas por Maduro], esa fue mi posición, que nosotros teníamos que salir a la calle, asumir los riesgos, pero hacerlo de manera organizada, estratégica, pero jamás abandonar la calle. Yo creo que allí tuvimos un retroceso que tenemos que reconquistar”, dijo.

López explicó que Venezuela está hoy sumergida “en una profunda crisis”, provocada por un manejo desacertado de la economía, la política de división ejercida por el chavismo y la enorme corrupción ejercida desde las altas esferas del poder.

“El país se está cayendo a pedazos, en todos los sectores” dijo el dirigente al resaltar que Venezuela está en vías de registrar este año la tasa de inflación más alta del planeta y una de las más altas tasas de homicidios del continente.

Irónicamente, este se produce en momentos en que la nación atraviesa por una enorme bonanza petrolera, que con un precio del petróleo de $100 el barril, debería haber creado las condiciones para convertir a Venezuela en el país más prospero de América Latina.

“Todo estaba servido para que Venezuela fuese hoy la nación de mayores niveles de crecimiento, de mayor generación de empleo, de mayor estabilidad, de mayor bienestar con el mejor sistema de seguridad social con la mejor infraestructura de América Latina”, sostuvo López.

“Pero hoy estamos en el extremo opuesto”, enfatizó.