LOS CUADERNOS PROHIBIDOS

Escrito bajo Colaboradores, Editoriales, Jesús Heras, Portada

ABC de la Semana

tramposa

No son nuevos fraudes electorales en la Venezuela del Siglo XXI. Lo nuevo es que se denuncien, que muchísimos los den como ciertos… y que la comunidad internacional escuche.

La práctica comenzó al recogerse las firmas para revocarle el mandato al Presidente en 2003. El órgano electoral las declaró inaceptables. La saga concluyó diecisiete meses después, en agosto de 2004, cuando al fin el referendo se realizó. El Presidente perdió por un margen apreciable, (60-40, según los estudios más serios de que disponemos), pero había dinero de por medio y poderosos factores intervinieron para que no perdiera. ¿Consecuencia? Los números fueron alterados, Jimmy Carter avaló los resultados, auditando –según lo convenido– solo aquellas cajas pre escogidas por el CNE: http://www.aish.com/ci/s/48930672.html y Hugo Chávez retuvo el poder.

Desde entonces las prácticas fraudulentas se han ido refinando. Las votaciones de 2005 y 2007, por ejemplo, jamás se dieron a conocer. En el primer caso, para ocultar el exiguo número de votantes que había concurrido. En el segundo, para mantener en secreto el elevado margen con que había sido rechazada la reforma constitucional propuesta por el Presidente. Pero son muchísimos los casos en los que el fraude ha estado allí. Tomemos por emblemáticos, dos elecciones concretas de Carabobo.

El 31 de octubre de 2004, Henrique Fernando Salas-Römer perdió la gobernación por un 3% de los votos. Sin embargo, ocurrió algo inaudito. Todos sus diputados superaron ampliamente su votación.  Los técnicos del CNE habían reprogramado los votos “grandes”, pero olvidaron hacer lo mismo con los votos “pequeños”, los que elegían a los legisladores.

Los cuadernos de votación

Tal como hoy lo intenta Henrique Capriles, HFSR recurrió al CNE para que se le hiciera entrega de los cuadernos de votación. El CNE se declaró incompetente y remitió el caso a la Sala Constitucional del TSJ. Ésta, a su vez,  envió el caso a la Sala Electoral del mismo Tribunal, alegando que a ésta correspondía la determinación. Pero la Sala Electoral rechazó el mandato, argumentando que el demandante no había agotado la vía administrativa (solicitar los cuadernos al CNE). Un caso kafkiano. Por supuesto, nada se logró.

El segundo caso fue reciente. El pasado 16D, Francisco Ameliach, una figura bien poco conocida por los sectores populares del estado, derrotó al mismo HFSR, quien había recuperado el poder en 2008, tras la división que se produjo entonces en el chavismo. Lo interesante acá es que Ameliach obtuvo un porcentaje de votación idéntico, aunque milimétricamente superior, al alcanzado por Hugo Chávez dos meses antes.  ¿Cómo hizo Ameliach para superar a Hugo Chávez? No andemos con rodeos, el sistema electoral venezolano está minado.

Cada día son menos los que piensan que Maduro triunfó el 15 de abril. Y el CNE se niega a hacer la auditoría en los términos en que le ha sido exigido. Los cuadernos –alega el órgano rector– no pueden ser entregados, con lo que se confirma que éstos, tal como ha ocurrido tantas otras ocasiones, encierran información “inconveniente”.

Maduro viajó a Cuba. Hay nerviosismo en Miraflores.

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