Por Williams Cárdenas Rubio
El 14 de abril Venezuela tendrá la oportunidad de pasar a la historia como el país que supo cambiar sus mas oscuros designios, con el arma del voto.
Se debaten dos modelos, uno anácrónico, encarnado por Nicolás Maduro, que sólo trae mas pobreza, servidumbre, miseria, inseguridad, crimen, delincuencia, narcotráfico, terrorismo y amistades peligrosas.
El otro, el de Henrique Capriles, es el camino del progreso, la libertad, la democracia, el respeto a los derechos humanos, a la libertad de pensamiento y de su expresión, es el camino del futuro de los jóvenes, pero tambien de los mayores que quieren vivir en un clima de respeto, el camino del rescate de los principios y valores que conforman la venezolanidad, sin someternos a nada ni a nadie, donde la riqueza de nuestros recursos naturales sirva de verdad para sacar nuestro pueblo adelante.
El primero es el modelo instalado por uno que se creyó estar por encima de todos y que ha creado una nueva clase todopoderosa, que pretende mantenerse instalada en los beneficios mal habidos, desangrando a la patria y a la primera industria nacional.
El segundo es la opción para millones de venezolanos de pasar página a un tiempo truculento y enrumbarnos en un sendero de lucha por el rescate de lo que nunca debimos haber perdido: Nuestra libertad, nuestra soberanía y nuestra democracia.
Es el triunfo que esperan fuera de Venezuela casi un millón de personas que han tenido que salir como parias a buscarse la vida lejos de nuestro territorio. Esos son justamente los que volverán al rescate de la patria, a contribuir con sus experiencias e impulso a que demos el salto que necesitamos para salir del hoyo en el que estamos metidos.
Son dos opciones antagónicas, son dos estilos completamente distintos. El primero solo piensa en él, no le importa mentir, desde pasear una urna vacía por toda Caracas, hasta ocultar la verdadera fecha de la muerte de su líder. El otro es el candidato de toda Venezuela, la que ha recorrido de arriba a abajo en dos oportunidades, con la esperanza de convertirse en el hombre que encamine al país hacia nuevos horizontes.
El candidato de los rojos rojitos es el mismo al que le encontraron un arsenal de armas en La Pastora a principios del año 2000; al que pillaron en el aeropuerto de Nueva York con un fajo de billetes verdes sin poder explicar su procedencia; el que desde el MRE ha estado en tratos con las organizaciones terroristas mas criminales del planeta, el que mintió una y otra vez con la enfermedad de su “padre” político y quien se arrodilla sumisamente ante los dictadores de La Habana, sólo nos ofrece seguir igual o peor que estamos.
El candidato de la victoria es el hombre mas joven en haber sido presidente del Congreso, dos veces gobernador exitoso, alcalde con visión de futuro y sobre todo de servicio público. Por ser como es los rojos rojitos lo metieron preso durante cuatro meses para lavarse la cara ante la embajada cubana y salió con la frente en alto. Nunca se doblegó.Tiene las ideas claras y no cree en pajaritos preñados.
No hay duda, Venezuela sabe que hay un camino y el 14 de abril va a escoger a Henrique Capriles como próximo Presidente de los venezolanos. Eso si, vamos a contar los votos, es nuestra única salida.