María Corina Machado: “Para combatir esta neo-dictadura es necesario salir a votar”

6to Poder

Maria Corina Machado

El resultado electoral de aquel domingo abrió nuevamente el debate de la profundización del poder comunal. Aunque el oficialismo aplaude que se busque acercar más el poder al ciudadano, como reza el principio de este planteamiento, dirigentes opositores ven con recelo lo que sería su verdadero fin.

Para la diputada a la Asamblea Nacional, María Corina Machado, este razonamiento busca sobreponerse a lo contemplado en los principios constitucionales de la Carta Magna vigente, limitando incluso el derecho al voto de los venezolanos.

Es por ello que, además de referir qué puede hacer el venezolano que no está de acuerdo con esta profundización para contrarrestarla, la parlamentaria hace un balance de lo que ha sido la contienda electoral del pasado 7 de octubre y cuáles son las condiciones necesarias para abordar la del 16 de diciembre.

¿Cuál es su percepción tras lo ocurrido el pasado 7 de octubre y cómo cree que se deba abordar la campaña regional?

Yo parto de la base de que en Venezuela no hay democracia. No es una dictadura clásica, típica o convencional. Es una neo dictadura, mucho más difícil de combatir porque se disfraza de democracia para esconder un régimen que va coaptando todo y que necesita de elecciones como un mecanismo de legitimación. No es un mecanismo de alternancia en el poder, no es para compartir el poder, sino como un mecanismo de legitimación y control.

Si partimos de eso, lo esencial es cómo vamos a luchar en comicios de este tipo bajo el principio de que se está ante un proceso electoral perverso. Por eso yo digo que este es momento de llamar a las cosas por su nombre. Hay que hablar con toda la verdad en el sentido de cómo es el régimen y cómo estamos compitiendo contra él. En el fondo, siento que los venezolanos estamos desesperados por tener esa confianza. Y si sentimos día a día las amenazas del régimen, no queremos que nos doren la píldora. Hay que llamar las cosas por su nombre para enfrentarlas.

¿Cómo puede el venezolano de a pie, que no está de acuerdo con tal situación, enfrentar un régimen cuya aceptación quedó ratificada con la pasada elección?

Los venezolanos tenemos que estar claros en que este régimen es muy hábil en términos de vender y esconderse de palabras que pueden sonar muy bien para muchos, por eso su nueva bandera es la “participación popular y protagónica”, adicional a esto cuenta con fondos para tapar su fracaso, corrupción e ineficacia, cosa que le ha permitido tener un control político y social terrible.

Frente a esto hay que hacer un esfuerzo enorme, pedagógico, masivo, para que cada venezolano entienda qué es el poder comunal, qué son las comunas y cómo se enfrentan, porque hay necesariamente que enfrentarlos. Los Consejos Educativos también hay que enfrentarlos, no convivir con ellos. Hay que impedir que se constituyan. A los consejos de trabajadores y a las comunas hay que enfrentarlos. Yo estoy absolutamente en contra del planteamiento que señala que hay que ver cómo sobrevivir con ella o aprovecharla.

Los venezolanos tenemos tres opciones: Huir, sucumbir o insurgir. Cada uno tiene que mirarse en el espejo, verse a los ojos y preguntarse qué queremos hacer. Qué es lo que yo creo y que estoy dispuesto a hacer para defender lo que creo. A nuestras generaciones nos ha tocado vivir esta oportunidad única de desear qué queremos para nuestros hijos y para muchas generaciones más.

Para insurgir hay tres formas de hacerlo. Una es a través del voto, otra por medio de la protesta, la denuncia, la articulación de las causas, que no estén aisladas ni desamparadas y, por último, de resistencia ciudadana. Esas son las herramientas que estamos obligados a utilizar. Es nuestro derecho y nuestro deber.

¿Cuál es su posición sobre el debate al proceso constituyente para el segundo Plan Socialista 2013-2019?

Personalmente considero que no podemos legitimar este proceso. Esto no es poder constituyente, esto no es proceso constituyente. Son reuniones de asambleas, de activistas del PSUV con las cuales se quiere legitimar un modelo contrario a la Constitución, porque aquí no hay que engañarse. Por ejemplo, al leer el artículo 8 de esta Ley de Comunas, se habla de imponer una ideología socialista, lo cual es violatorio a nuestra Constitución, que expresa en sus artículos 2 y 5 que existe un Estado plural y abierto. Además, dice que la célula fundamental del proceso es la comuna. Si nos damos cuenta de lo que esto significa, si buscas en el diccionario de la Real Academia, ves que se define como una forma de organización social y económica basada en la propiedad colectiva y en la eliminación de los tradicionales valores familiares, ahí está claro, mientras que la Constitución dice que la célula de la sociedad es la familia y el Estado tiene que protegerla.

Aquí creen que nos están engañando. Nosotros sabemos cuáles son los mecanismos para modificar la Constitución venezolana, y lo que ellos están haciendo no es un proceso constituyente, es una asamblea del PSUV, donde están tratando de legitimar un proceso que no se aceptó. Sí, sí hay que dar el debate de ideas con todos los venezolanos, pero no pueden decir que se puede cambiar la Constitución sin una elección.

Luego de que se reconoció que hubo ciertas fallas dentro de la elección presidencial, ¿han buscado la asesoría de una persona que viene de la organización Súmate?

Allí hubo un proceso totalmente perverso, las elecciones el 7 de octubre no fueron justas. No hubo equidad en el manejo de los medios. No hubo transparencia en los fondos asignados. Se constató una maquinaria para la movilización de electores con recursos del Estado; eso no es transparencia. Tampoco lo es un Registro Electoral que no se audita desde el 2003.

El tema no es si el voto es secreto, como dicen lo técnicos. Lo importante es la percepción de la elección. Si eres un empleado público y te señalan que saben cómo votas y además te acompañan y te llevan en contra tu voluntad, ¿cómo te sientes? No me vengan a decir que este es un proceso libre y que esos son los resultados. Evidentemente, ha habido un proceso de coacción y de control perverso.

¿Cómo hacer contrapeso ante esta situación, tomando en cuenta la cercanía de un nuevo proceso electoral?

Frente a esto estamos en la obligación de exigir condiciones y, como hemos dicho, votar luchando y luchar votando. Pero si no estamos dispuestos a luchar porque tu voto elija lo que tú decidas, no tenemos entonces la fuerza y el músculo para imponer esa fuerza y que el gobierno ceda. Y no, no me vengan con ese cuento de que si uno critica al CNE produce abstención.

Aquí los que más han participado son los que se oponen al presidente Chávez y son los que más desconfían en el CNE. Además, la gente en las zonas rurales es la que vive más en carne propia los atropellos del régimen. Que un patrullero toque tu puerta y te diga que aún no has votado, eso lo siente la gente.

Bajo este contexto, ¿cuál es su posición frente a la decisión del CNE de mantener la estación de información electoral en la herradura?

La misma rectora que señaló que era necesaria esta parada de información fue la misma que mandó a quitarlo a las dos de la tarde el día de la elección. De tal modo que hay que pedir seriedad. Si quieren que el país confíe, gánense su confianza. Si la gente quiere saber en qué mesa vota, hay maneras de saberlo, pueden buscarse en Internet o irse más temprano al centro por esta información: su fila, su ubicación en el cuaderno, todo lo que quieran, y listo, resuelto el tema.

Se ha rumoreado mucho sobre un movimiento político. ¿Cuáles son sus planes, más allá de su papel en la Asamblea?  

Yo no tengo una aspiración, tengo una obsesión: servir a Venezuela. Para lograr eso debe existir un proyecto y una visión de sociedad, porque así un país prospera, donde la gente se sienta con confianza en sí misma, donde la propiedad no sea un privilegio, donde los poderes estén al servicio de la sociedad y no al contrario. Una sociedad de ciudadanos libres y responsables. Ese es el país que yo quiero y para eso es necesario un movimiento. Ahora, yo parto de la base que para ello tenemos que crear un proyecto colectivo, no un planteamiento individual ni personalista. Hay que organizarnos para dar esta lucha. Si te quitan tu casa, por ejemplo, ¿qué haces? te amarras a tu casa, haces huelga de hambre, exiges tus derechos, pero si hay un movimiento mayoritario no estás sólo, hay un respaldo, y así el Estado reacciona.

Yo formo parte de un movimiento político que se llama Vente Venezuela, en el que participan miles de venezolanos de distintas tendencias e ideologías, unos que han militado en distintos partidos y otros que nunca les ha gustado la política, pero que entienden que esto no es una lucha electoral sino existencial, porque esta lucha hay que darla en todos los planos, no sólo en el electoral.

¿Ha hecho llegar este tipo de planteamientos a la Mesa de la Unidad Democrática?

Yo no milito en un partido político, por lo tanto no soy parte de la MUD, soy parte de la Unidad a través de la bancada unitaria en el Parlamento y, evidentemente, tengo muchos conocidos y amigos que respeto dentro del partido y dentro de la propia Mesa, y les he expresado mi visión a través de la comisión que se conformó, coordinada por Arístides Hospedales, para ser toda la evaluación del 7 de octubre. Yo creo que se está haciendo un gran trabajo escuchando a distintos sectores y allí yo les he expresado todo esto y he escuchado sus visiones estratégicas. Para este planteamiento estratégico de fondo debemos hacer primero una caracterización común del régimen que enfrentamos para luego, segundo, hacer una estrategia común y tercero ver cómo nos organizamos.

Evidentemente, la unidad es un medio, un mecanismo fundamental y un sentimiento ciudadano. Por ello hay que fortalecerla y ampliarla. La unidad no es un instrumento para huir ni para callar voces, debe ser para incorporar a muchos que no se han sentido parte de este proceso.

Bajo el esquema de una ampliación de la Unidad, ¿cuál es su posición respecto a la destitución del parlamentario Ricardo Sánchez del partido Un Nuevo Tiempo?

Esto es un partido político que tiene sus normativas de funcionamiento y de adscripción, yo no las conozco. No he hablado con Ricardo Sánchez después de que tomó esa decisión. Cuando formas parte de una organización, sea religiosa o política, hay normas y derechos que no conozco y, por ende, no puedo opinar sin tener acceso a la información de las dos partes.

Ahora, una cosa es la militancia en un partido y otra el derecho a disentir. Creo en el pluralismo y en el debate de ideas. Creo que los debates políticos modernos tienen que plantear una profunda discusión interna, no para ponerse de acuerdo en qué dirán ahora y después. Esa discusión interna debe mantenerse siempre. Para ello tenemos que estar de acuerdo en unos valores y en eso hay que ser absolutamente estrictos, y eso define la militancia en un movimiento político, a mi modo de ver. Ahora, los aspectos tácticos y organizativos deben estar abiertos permanentemente. Hay que estar abierto a todos los planteamientos, siempre que estén firmes los valores de los partidos.

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