LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
Que nada. Que estaba ahí sentado en un restaurante y no pude evitar oír la conversación de al lado. Era un grupete de chamos recién graduados que celebraban qué sé yo, exhibiendo su respectiva botella de 18 años, como corresponde al típico prospecto venezolano, que va desde ese político chimbín que bebe a diario, en esos restaurantes donde los guisos comienzan a cocinarse a las 12 am (en la mesa de los comensales), hasta el Yuppie de pacotilla, que se la tira de broker de Rancho de Bolsa (porque de Casa no tiene nada). Aclaro que hay políticos decentes y corredores de bolsa de verdad, a quienes habría que montarles una estatua, pero ésos no son los símbolos negativos a los que me estoy refiriendo.
La conversación giraba alrededor de burlarse de uno de los panitas que participaba en la tertulia, de la que rescato el hecho de que era verbal y no se trataba del típico encuentro moderno de amigos donde nadie se habla sino que se escriben mensajes estando uno al lado del otro. Las carcajadas retumbaban y el calificativo más light que recibía el afectado era: “tú eres es un cabeza de … “.
read more