Por Gen Peñaloza
Las Constancias de Verificación Ciudadana establecidas en la Ley, ejecutadas con rigor por militantes de la Oposición debidamente preparados, son medio eficaz para frustrar el Plan Stalin en las elecciones del 14 de abril.
Henrique Capriles alertó al país sobre el Plan Stalin, que el Gobierno está preparando para rechazar los resultados del 14-A en caso de perder las elecciones. Previamente, Capriles había señalado que el TSJ había cometido un “fraude constitucional”. Para enfatizar su posición agregó: ”Todo lo que usted vea que suena a abuso y atropello, le dará más fuerza para votar”. Estos mensajes tienen una sola lectura posible: Capriles ha ordenado que pongamos en evidencia el fraude. Se acabo la tapadera promovida por La Colina para ocultarlo.
El Plan Stalin es la sumatoria de todos los fraudes coronado por una diabólica artimaña ideada para evitar que se descubra la estafa electoral. Por fortuna, este timo tiene un talón de Aquiles. Su antídoto es el voto masivo de la oposición y el conteo manual de los votos -ese proceso de verificación ciudadana que exige la Ley Orgánica de Procedimientos Electorales. Este procedimiento establecido en la Ley, que no se ha cumplido hasta ahora, debe ser ejecutado hasta sus últimas consecuencias antes (repito: antes) de que el CNE emita boletines. De no hacerse previamente los boletines del CNE no tienen validez legal.
Las palabras del candidato dejaron al desnudo la falacia del “Grupo La Colina”, creador de la matriz de opinión según la cual no se debe hablar de fraude porque hacerlo fomentaría la abstención. Según La Colina, para no desalentar a los votantes la palabra fraude debe ser tabú y el sistema computarizado de votación debe proclamarse como perfecto y blindado. Gracias a esa campaña de desinformación el tema se hizo intocable en la MUD y no podía ser cuestionado. read more