
Soy venezolano, reconozco una sola nacionalidad, un sólo estado,
del cual soy ciudadano, y una única constitución, que establece
taxativamente que el gobierno se ejerce dentro del territorio nacional.
No existe ningún documento en el cual haya delegado
la representación de mis derechos, ni he sido llamado
a ningún proceso legítimo para modificar la condición soberana
del país donde nací, y donde vivo.
Por tanto no existe y no reconoceré ningún pacto
que contravenga mis derechos de ciudadano venezolano,
y cualquiera que intente, por cualquier medio, modificar en forma
alguna esta condición, debe asumir los riesgos y las consecuencias.