La total acumulación de poder por parte del Gobierno; un Tribunal Supremo de Justicia sin la más “mínima” credibilidad; la implementación de medidas contrarias a los estándares en materia de libertad de información y expresión, las cuales estimulan la autocensura en los medios; la intolerancia a la observación internacional; y el distanciamiento de un sistema de división de poderes, son las principales alertas que hace Human Rights Watch en su último informe anual sobre Venezuela.
A4PoderesTSJ “no tiene la más mínima credibilidad”, denunció este jueves la ONG. Foto AFP
Washington.- Los casi tres lustros en el poder han llevado al presidente Hugo Chávez y sus seguidores a una “acumulación de poder” que ha permitido “abusos” e “intimidación” a amplios sectores de la sociedad, denuncia Human Rights Watch en su informe anual sobre los derechos humanos.
Durante la presidencia de Chávez, “la acumulación de poder en el ejecutivo y el deterioro de las garantías de derechos humanos han permitido que el gobierno intimide, censure y enjuicie a venezolanos que critican al Presidente o se oponen a su agenda política”, destaca el capítulo dedicado a Venezuela.
“Chávez y sus partidarios políticos han abusado de su poder en una gran variedad de casos que han afectado al poder judicial, los medios de comunicación y defensores de los derechos humanos”, sostiene el informe, que será desglosado este jueves en conferencia de prensa en Washington por el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco.
Clima de censura
El miedo a “represalias” hace además que, pese a que persistan las críticas al gobierno, se haya “debilitado la capacidad de los jueces de pronunciarse en casos con fuertes implicaciones políticas”, lamenta la organización de derechos humanos.
Una situación que también “ha obligado a periodistas y defensores de derechos humanos a medir las posibles consecuencias de publicar información u opiniones críticas sobre el gobierno”, agrega.
“El gobierno de Chávez ha ampliado y ejercido en forma abusiva su potestad de regular los medios de comunicación”, destaca en este sentido una vez más. Así, indica que si bien en medios escritos aún se encuentran críticas al gobierno, en el hasta ahora más reconocido -y multado- canal opositor, Globovisión, así como en “algunos otros” medios “se ha generalizado la autocensura por temor a represalias del gobierno”.
Alérgicos a la observación
HRW destaca de forma paralela la decisión de Venezuela de iniciar el proceso para salirse de la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos mediante la denuncia el pasado septiembre de la Convención Americana de Derechos Humanos.
“Venezuela ha endurecido su rechazo a la observación internacional de la situación de derechos humanos en el país”, lamenta la organización.
En su revisión de 2012 en Venezuela, HRW no alude a la situación creada a finales de año por la baja por enfermedad de Chávez poco después de su reelección, ni a su estancia desde mediados de diciembre en Cuba, donde se recupera con dificultades de una nueva operación por un cáncer.
Sí manifiesta, por el contrario, su “profunda preocupación” por la “violencia” en centros penitenciarios y los “abusos policiales”, en un informe que se conoce pocos días después de un nuevo hecho en una cárcel venezolana, la de Uribana en el occidente del país, en la que la resistencia de los presos a una requisa dejó la semana pasada 58 muertos y 95 heridos. (DPA)
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El incómodo Vivanco
El director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, presentó el informe anual 2012 de la organización, el cual fue bastante crítico con Venezuela.
“Lo que debería constituir un régimen democrático con separación de poderes, no existe”, fustigó Vivanco, al aseverar que el Tribunal Supremo de Justicia “no tiene la más mínima credibilidad” desde que fue “capturada” por el gobierno de Chávez en 2004.
Vivanco dijo que por ello no le extrañaba la decisión del máximo tribunal que falló que Chávez, hospitalizado en Cuba desde el 11 de diciembre tras su cuarta operación contra el cáncer, no estaba obligado a juramentarse para un nuevo mandato el 10 de enero, y tenía tiempo indefinido para recuperarse.
Esa decisión “bastante sorprendente” dejó a Venezuela en una “situación bastante anómala” donde “el anterior gobierno sigue gobernando”, estimó.
“Es muy revelador y un excelente ejemplo (…) de lo que representa el no contar con un Poder Judicial independiente, capaz de preservar y hacer valer las reglas del juego democrático y de la propia Constitución elaborada por el presidente Chávez”, dijo. (AFP)