Por Luis José Semprum
Se trata de una estrategia desesperada y peligrosa, porque cometer un fraude masivo en un momento tan delicado como el que vive Venezuela actualmente, puede lograr el efecto contrario que buscan, abriendo una caja de pandora, con consecuencias impredecibles.
En cuanto a los líderes opositores, temo que sigan actuando cómo en las pasadas elecciones: avalando al CNE y reconociendo cualquier resultado, por absurdo que parezca. Piensan que así evitan que se desate un conflicto, pero lo cierto es que le echan más leña al fuego, porque incrementan la frustración y la rabia del ciudadano de a pie.
El único camino para lograr una transición pacífica es llevando a cabo unas elecciones justas, libres y transparentes, pero eso requiere cambiar la composición del CNE, depurar el REP, eliminar la plataforma electrónica, e implementar el voto manual y al conteo total de las papeletas. Si el país entero no se aboca a construir un nuevo sistema electoral, los próximos meses podrían ser dolorosos y hasta trágicos.