Los planes del chavismo para el 16-D

Por Luis José Semprum

libertad

En las elecciones regionales del próximo domingo el chavismo no se puede dar el lujo de perder. La enfermedad terminal de Presidente los obliga a copar todos los espacios y a debilitar al máximo a la oposición, para así controlar la transición y permanecer en el poder, aún si Chávez llegase a faltar.Para lograr sus objetivos, los dirigentes del PSUV cuentan con el concurso de todos los poderes públicos, la cúpula militar y, lo que es más importante, un sistema electoral diseñado para proporcionarle los votos que requieran, aunque no reflejen la voluntad de los electores.A fin de justificar los resultados, el chavismo dirá que la abstención perjudicó a la oposición. Y la abstención es ciertamente previsible, en buena medida porque la gente no cree en el CNE, y considera que su voto no es respetado, sobre todo después de las elecciones del 7-O.

Se trata de una estrategia desesperada y peligrosa, porque cometer un fraude masivo en un momento tan delicado como el que vive Venezuela actualmente, puede lograr el efecto contrario que buscan, abriendo una caja de pandora, con consecuencias impredecibles.

En cuanto a los líderes opositores, temo que sigan actuando cómo en las pasadas elecciones: avalando al CNE y reconociendo cualquier resultado, por absurdo que parezca. Piensan que así evitan que se desate un conflicto, pero lo cierto es que le echan más leña al fuego, porque incrementan la frustración y la rabia del ciudadano de a pie.

El único camino para lograr una transición pacífica es llevando a cabo unas elecciones justas, libres y transparentes, pero eso requiere cambiar la composición del CNE, depurar el REP, eliminar la plataforma electrónica, e implementar el voto manual y al conteo total de las papeletas. Si el país entero no se aboca a construir un nuevo sistema electoral, los próximos meses podrían ser dolorosos y hasta trágicos.

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