De bhambletonian
Tubazo… La ausencia de las hijas en el funeral del Presidente fallecido, se debió a que se oponen a la extensión y ahora exposición del padre en urna de cristal y de paso, dejarlo en el 23 de Enero. Porque Maduro lo está utilizando para ganar indulgencia de sus seguidores y llegar al poder. Los mandos militares medios no lo quieren y el martes pasado en la mañana, para presionar al Gobierno, amenazaron con tomar el poder y decir la verdad de la muerte de Chávez. Como todo se supo por los celulares pinchados, el VP para quedar bien culpó y expulsó del país al señor Del Monaco, agregado de la Embajada de USA… todo ello para no culpar a los militares de aquí, que ya se habían comunicado con él.
Por esa razón lanza el 1er Comunicado e inventa además lo de la inoculación cancerígena. Maduro creyó que se calmarían los ánimos pero no fue así. Los militares al medio día se molestaron más y por eso lanza el 2do Comunicado, a lágrima viva, con lo del fallecimiento presidencial. Todo fue tan improvisado que no había ningún militar presente cuando dieron la noticia… y tanta fue la presión y el susto que en ese momento no dijeron lo de los 7 días de luto, ni nada relacionado con el sepelio, no tenían nada preparado; sino que lo anunciaron 2 horas después… ¿y saben porque?
Por que tuvieron que planificar lo de velarlo en la Academia Militar y así poder calmar a los militares. Es decir, calmar las aguas internas y planificar después el qué hacer.
Se afirma que el Presidente falleció en Diciembre en Cuba, y desde entonces está embalsamado (y así lo trajeron al país, por eso tanto misterio). El proceso duro 70 días y utilizaron el método egipcio. El Presidente falleció en Cuba por mala praxis médica y todo bajo la lupa atenta de los señores Maduro y Cabello: ellos lo traicionaron al igual que la mayor parte de su séquito, por dinero y poder… y ese es el capítulo de esta historia que falta por contar… muy distinto a las versiones oficiales: El funeral de Chávez, minuto a minuto
Las declaraciones del Padre zuliano José Palmar certifica lo antes dicho.