Por José De Bastos – USA Hispanic Press
Quien no haya seguido la elección presidencial en Venezuela, pensará que ésta dio un resultado contundente, apabullante y sin ningún tipo de duda a quien hoy gobierna. Las acciones y declaraciones de Nicolás Maduro parecieran las de un Presidente sin oposición, que juega en un terreno solitario. Pero claro que Maduro no está solo.
Su inicio de gobierno es la respuesta autoritaria a la grave situación en la que asume las riendas del país. Pensábamos que quien gobernara a partir de este abril de 2013 tendría que luchar ante serias dificultades económicas, pero las circunstancias y la torpeza le han generado al nuevo Ejecutivo un obstáculo aún más duro: la ilegitimidad política.
Maduro no leyó (no quiso leer) los resultados del 14 de abril. La estrepitosa caída de sus fuerzas en un mes, la pérdida de confianza de tantos seguidores del fallecido Presidente Chávez o el ascenso vertiginoso de un candidato que, poco antes de los comicios, parecía estar contra la pared. Así pues, ante una solicitud de reconteo y verificación de la elección por parte de Henrique Capriles, Maduro ha ensuciado hasta más no poder su triunfo democrático, para pasar a dirigir un régimen mixto, con claros indicios dictatoriales. read more