Por Humberto Marcano Rodríguez
No es imposible que se pretenda desde el oficialismo que todos los venezolanos se sumen a sus actos necrofilicos, cada quién con su enfermo o con su muerto.
Es ridículo que personas que hasta ayer pregonaban su odio hacia la Iglesia Católica y su Jerarquía; hacia los Santos y un constante auto llamarse ateos, ahora vengan a asistir a misas y solicitar oraciones públicas.
¿Es que acaso no está fresco aún, cuando en la Plaza Altamira, con el beneplácito de los personeros de este régimen totalitario las bandas chavistas cometieron actos sacrílegos contra las imágenes de la Santa Virgen María?
¿Se habrán olvidado cuando las bandas de los círculos bolivarianos comandados por Freddy Bernal, Alcalde de Libertador, asaltaron y profanaron la urna donde se conducía alrededor de la Santa Catedral el cadáver del Cardenal Velazco y que no contento con ellos se orinaron dentro de la Catedral tanto hombres como mujeres?.
¿Será que ya no se acuerdan de cuando la maléfica y drogadicta Lina Ron al frente de sus huestes asalto el Palacio Arzobispal y los actos sacrílegos allí cometidos?
No están muy lejanos los actos de maldición proferidos por Hugo Chávez públicamente contra los Jerarcas de la Iglesia Católica, por eso es incomprensible y suenan a payasadas estos actos de rezos y plegarias.