Por Carlos Valero
Parafraseando a Lord Acton, el poder desgasta el cuerpo y el espíritu y el poder absoluto desgasta absolutamente. El presidente Chávez tiene 14 años sometiendo a su organismo a un enorme desgaste físico y mental, ya que su estadía en el Palacio de Miraflores ha sido una prolongación, por otras vías, del intento fallido de golpe de estado del año 1992, con todo el estrés y la presión que implica enfrentarse al imperio gringo, a la oligarquía local, a la ineficiencia de su modelo y a la paranoia de un individuo que desconfía hasta de su sombra.
Chávez nunca se planteó ser un presidente que tendría la misión de realizar un buen gobierno para superar los problemas del país y dar paso a otro gobernante, de acuerdo a las reglas del juego democrático. No, eso es demasiado aburrido para un revolucionario. Desde el primer día que pisó Palacio se planteó la guerra contra todo aquello que implicase la posibilidad de salir de ahí. Hasta ahora lo ha logrado, pero parece que el precio que ha tenido que pagar ha sido acabar con su propia existencia.
En los días posteriores al anuncio de su enfermedad, él mismo expresó en varias oportunidades ser el culpable de permitir que la enfermedad avanzara tanto, ya que nunca se ocupó de hacerse los chequeos médicos o de tomarse un tiempo para descansar. Si a ello le añadimos que debido a sus gríngolas ideológicas decidió tratarse en Cuba, en lugar de hacerlo en Brasil o en algún centro médico del primer mundo, o inclusive en Venezuela donde la medicina está mucho más avanzada que en la isla, su responsabilidad es aún mayor.
Toda persona que haya tenido algún pariente cercano con cáncer sabe lo dolorosa e implacable que es esa enfermedad. En los últimos momentos de ese terrible mal, las personas que la padecen tienen momentos de altísima lucidez y salud, como un regalo divino, para que se lleven un recuerdo de lo mejor de sí mismo. El presidente es humano y todas las evidencias indican que es falso que se encuentre completamente curado, por el contrario, parece que padece de una enfermedad mucho más grave de lo que se ha expresado públicamente. read more