Primero fueron Cuba e Irán. Ahora es el turno de China en la exploración de los más codiciados minerales que posee Venezuela: oro, diamante, hierro, bauxita, fosfatos, coltán y uranio. Un acuerdo firmado en septiembre de 2012 con la corporación Citic Group estipula el asentamiento de 27 campamentos geológicos en todo el país, durante 5 años, con 352 ingenieros que generarán los mapas para planificar la minería de la nación, una labor que por ley corresponde al Estado.
Fabiola Zerpa /El Nacional
No había mapas ni descripción de los ríos. Tampoco fotografías aéreas. Sólo un mecate, una brújula, varios martillos y una libreta. “En cuatro años abrimos 2.000 kilómetros de picas a pie en los alrededores del río Botanamo, cerca de la frontera con Guyana”. Nessin Benaim recuerda una de sus varias temporadas de explorador deslizando el índice sobre un mapa –arrugado y con marcas de lápiz– del estado Bolívar. El pionero de la geología de campo oriundo de Higuerote recorrió en los años sesenta y setenta la Amazonia venezolana para describir sus minerales y geología. Caminando y navegando ríos se hizo experto en ubicar oro y diamantes en las sabanas y selvas de Guayana. Así supo que el verdadero dueño de los caños no es el jaguar sino el mosquito y que una piara de báquiros puede devorarse a un tigre fácilmente.
Benaim y muchos otros geólogos de campo marcaron una época: entre las décadas de 1960 y 1980 realizaron los mapas clave que han sustentado la explotación de los recursos minerales nacionales (principalmente hierro, bauxita y oro), cuando el trazado del relieve y subsuelo del país era una política del desarrollo minero del Ministerio de Energía y Minas y la Corporación Venezolana de Guayana.
Documentos oficiales y expertos indican que a la vuelta de 50 años esta estrategia –que por ley recae en el Instituto de Geología y Minería, adscrito al Ministerio de Petróleo y Minería– declinó y que el país tiene un déficit en su mapeo que impide explotar coltán (mineral de vital uso en la electrónica) o trazar nuevas carreteras. Frente al vacío institucional y la descapitalización humana, el Gobierno decidió entregar dicha actividad a China, a través de un convenio que fue acordado en febrero y firmado en septiembre del año pasado. Aunque el Gobierno no especificó el monto del contrato, diputados y especialistas infieren que por su complejidad amerita ser estudiado por la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional, proceso que no ha ocurrido. read more