Managua, 22 de Mayo de 1998.
I. Este es mi testimonio y juro dejar escrito solamente la verdad como verdadero es Dios, por la memoria de mi abuelita Zoilamérica Zambrano Sandino, a quien tantas veces he invocado en momentos de desesperación y angustia; por mi hijo Alejandro y mi hija Carolina, quienes representan la luz y esperanza de una nueva vida. Juro que todo lo que contiene este testimonio es LA VERDAD Y NADA MÁS QUE LA VERDAD; en él encontrarán las evidencias de una vida cercenada y la depravación de un hombre que fue protagonista de una revolución social y política, Presidente de la República y actual líder del principal partido de oposición. (a los partidos diferentes al frente sandinista)
La luz que busco está en la verdad y en la valentía de reconocer la vida que se me impuso y poner la frente en alto, pese al dolor, para decirle al mundo que sobrevivir ha significado un tortuoso camino que aún no termina. He tenido que sumergirme en lo más hondo de mis fragilidades y secuelas para adquirir la fortaleza y la inspiración que necesito para enfrentar mi realidad y abrir nuevos capítulos de mi existencia. Existencia que en el pasado tuvo un alma profundamente quebrantada pero resistente a la muerte.
La luz no está en la mentira, en el silencio, en el sometimiento del espíritu, en la cobardía y complicidad, no está en la doble moral ni en la aberración a la condición humana. Por eso, con plena conciencia y determinación propia, tengo que proceder a realizar un justo y consecuente acto de liberación total de todas aquellas cárceles de mi vida, y afirmar con el peso incalculable de lo sufrido, que la mujer y el hombre nuevo y la utopía de una sociedad plenamente justa, han sido traicionados por quien ostentando gran poder, cometió vejámenes sexuales, físicos y sicológicos contra la humanidad de una mujer desde su infancia, y a quien adoptó como hija.
Desde el 2 de Marzo del año en curso, me he declarado en una cruzada por reconquistar mi verdadera identidad y dignificación de mujer y ser humana integral; para mí, en esta etapa trascendental de mi vida, no hay reivindicación en el mundo más importante que el encuentro con mi propio ser, al que muchos desconocen pero que en su despertar y andar ha acumulado fuerzas suficientes para emprender una lucha que encuentra como principal muro los actuales tejidos y vestigios del poder y el sistema patriarcal implantado por siglos.
¿Quién soy?. Mi nombre: ZOILAMÉRICA. Mis progenitores son: Jorge Narváez Parajón (fallecido) y Rosario Murillo Zambrano. Públicamente se me conoce como Zoilamérica Ortega Murillo, debido a la adopción que efectuara el señor Daniel Ortega Saavedra en el año de 1986.
Nací el 13 de Noviembre de 1967, en la ciudad de Managua; de profesión socióloga (1995, Universidad Centroamericana, Nicaragua), militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional, y actualmente Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Internacionales.
Mi vida, desde que tengo memoria, estuvo marcada por Sandino y el Sandinismo. Supe de Sandino, tío de mi abuela, cuando mi madre enterró una efigie de éste en el patio de la casa. Y he conocido del Sandinismo, desde cuando mi madre en su juventud dedicó sus esfuerzos y energías a la causa.
En la soledad y vacíos de mi niñez, siempre quisieron contribuir con sus atenciones y cariño mi abuelo, mis tías abuelas y mis tías maternas.
La causa.
Afirmo, que fui acosada y abusada sexualmente por Daniel Ortega Saavedra, desde la edad de 11 años, manteniéndose estas acciones por casi veinte años de mi vida, y que a lo largo del presente testimonio expondré en las formas sucedidas.